martes, 29 de marzo de 2011

Cuando nos quedamos sin palabras...


Siempre hay cosas que nos quitan el aliento, cosas que vemos o escuchamos, basta un solo gesto para que nos quedemos sin palabras, y aveces, con un dolorsito en el alma. Hace unos días caminaba hasta mi casa con mi prima, charlando y riéndonos como en cualquier momento, hasta que pasamos por un restaurante a un par de cuadras de la plaza principal, uno de los mas costosos y elegantes de mi ciudad. Fue ahí cuando quedamos mudas, eran dos, estabas sentados en el suelo, camisetas viejas, pantalones cortos y zapatillas rasgadas de tanto andar vagando, los brazos cruzados para combatir el frió de alguna forma, caras sucias, miradas tristes, esperanzas desgastadas. Un calor desagradable corrió por mi espalda cuando sentí que sus ojitos me miraron (¿Vergüenza? Tal vez) Mi prima y yo solamente callamos, y así seguimos resto del camino, no por que no hubiera nada para decir, sino por que cualquier palabra hubiera sido frívola y sin sentido.
A diario vemos escenas como estas, algunos se sienten conmovidos, algunos lo ignoran y pasan sin mirar haciendo de cuenta que no tienen la culpa de que pasen esas cosas. Pero, ¿Que es peor? Lamentarnos unos minutos de las desgracias del mundo, culpando muy convenientemente a los mas poderosos y lavándonos las manos cual un moderno Pilatos? O es peor ignorarlo, pensando que "alguien" se ocupara de esas cosas? Yo no estoy segura de la respuesta, si es que hay una verdad absoluta. Todavía tengo en grabada en mis pupilas la cara de ese niño. En que se fundamenta la vergüenza que sentí ese día? En que no hice nada.
Es verdad que no podemos acabar con el hambre en el mundo, que muchos son los culpables de que existan niños que pasan sus días entre trabajos y no entre juegos. Es verdad que "una golondrina no hace verano" y que aunque ayudemos a una persona, quedaran mil que necesiten una mano amiga.
Para algunas personas la solidaridad es sinónimo de locura, a diario hacemos miles de locuras. Si nuestra demencia va a hacerle bien a alguien, le doy la bienvenida a esa locura.

2 comentarios:

  1. Hola Isis.

    Yo lo que hago es ignoralo y no es que me convueba las penas ajenas, solo que lamentablamente lo que yo pueda hacer no ayudara de mucho. En esos momentos es cuando me gustaria ser rico y poderoso para poder ayudarlos.

    Saludos y me gustaron tus pensamientos desordenados ;)

    ResponderEliminar
  2. Hola Iris,
    Seamos todos un poco locos, cambiemos al mundo supuestamente cuerdo, seamos solidarios, ayudemos, demos limosnas, alimentemos, compartamos nuestras cosas, declaremos lo inmoral, ayudemos al necesitado...demos una vuelta de página a este mundo que se olvida del necesitado.
    Me ha gustado tu blog y tus opiniones. Te sigo.

    ResponderEliminar