lunes, 11 de abril de 2011

La Bruja Salguero - "Melodía para un regreso" (Nestor Basurto).





Volveré cuando caigan las hojas de abril
cuando riegue la lluvia a aquel viejo jazmín
a dormirme en el viento escuchando su voz
enseñándome alguna canción.

Volveré a aquel jardín con olor a limón
a juntar de aquel patio mi infancia y su amor
a sus tardes de ropa secándose al sol
por mi ausencia a pedirle perdón.

Andaré entre recuerdos de ayer colegial
a mojar con mis lagrimas su delantal.
Volaran las palomas de blanco papel
que inventaran sus manos para mi niñez.
A quedarme en su amor volveré.

Andaré de regreso buscando otra vez
regalarle a su pelo el tentado clavel
a sumirme en su sueño algún amanecer
con la azul serenata de ayer.

Volveré cuando caigan las hojas de abril
al azul de aquel cielo que nunca me fui
a la gris letanía del viejo rosal
que esperándola como yo esta.

Andaré entre recuerdos de ayer colegial
a mojar con mis lagrimas su delantal.
Volaran las palomas de blanco papel
que inventaran sus manos para mi niñez.
A quedarme en su amor volveré.

Para quienes nos esperan....

martes, 29 de marzo de 2011

Cuando nos quedamos sin palabras...


Siempre hay cosas que nos quitan el aliento, cosas que vemos o escuchamos, basta un solo gesto para que nos quedemos sin palabras, y aveces, con un dolorsito en el alma. Hace unos días caminaba hasta mi casa con mi prima, charlando y riéndonos como en cualquier momento, hasta que pasamos por un restaurante a un par de cuadras de la plaza principal, uno de los mas costosos y elegantes de mi ciudad. Fue ahí cuando quedamos mudas, eran dos, estabas sentados en el suelo, camisetas viejas, pantalones cortos y zapatillas rasgadas de tanto andar vagando, los brazos cruzados para combatir el frió de alguna forma, caras sucias, miradas tristes, esperanzas desgastadas. Un calor desagradable corrió por mi espalda cuando sentí que sus ojitos me miraron (¿Vergüenza? Tal vez) Mi prima y yo solamente callamos, y así seguimos resto del camino, no por que no hubiera nada para decir, sino por que cualquier palabra hubiera sido frívola y sin sentido.
A diario vemos escenas como estas, algunos se sienten conmovidos, algunos lo ignoran y pasan sin mirar haciendo de cuenta que no tienen la culpa de que pasen esas cosas. Pero, ¿Que es peor? Lamentarnos unos minutos de las desgracias del mundo, culpando muy convenientemente a los mas poderosos y lavándonos las manos cual un moderno Pilatos? O es peor ignorarlo, pensando que "alguien" se ocupara de esas cosas? Yo no estoy segura de la respuesta, si es que hay una verdad absoluta. Todavía tengo en grabada en mis pupilas la cara de ese niño. En que se fundamenta la vergüenza que sentí ese día? En que no hice nada.
Es verdad que no podemos acabar con el hambre en el mundo, que muchos son los culpables de que existan niños que pasan sus días entre trabajos y no entre juegos. Es verdad que "una golondrina no hace verano" y que aunque ayudemos a una persona, quedaran mil que necesiten una mano amiga.
Para algunas personas la solidaridad es sinónimo de locura, a diario hacemos miles de locuras. Si nuestra demencia va a hacerle bien a alguien, le doy la bienvenida a esa locura.

jueves, 17 de febrero de 2011

Explosiones.


Un pequeño amigo me dijo: "Aveces cometemos errores explosivos, eso si es feo". Pero, pensándolo muy detenidamente, todos (o casi todos) nuestros errores son explosivos, la diferencia esta en que tan rápido explotan...
Error terriblemente explosivo, por ejemplo, son las mentiras! Mentirle a la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, gente, gente y mas gente, pero la peor de las mentiras son las que nos hacemos a nosotros mismos! Si, mentirse en la mente, decirse incansablemente cosas como "Esta todo bien", "Lo vamos a arreglar", "Vamos a volver a estar juntos".
Esas explosiones suelen ser las peores, por que son las que tardan mas tiempo en estallar! Esa hermosa red de mentirotas que tejemos en nuestras mentes, se hacen mas y mas y mas grandes, como si fermentara una pólvora de patrañas que en cualquier momento puede explotarnos en la cara.
Mentirnos a nosotros mismos, es como negar que tenemos un problema, como un niño pequeño que esconde los pedazos rotos del jarrón preferido de su madre. No vemos nuestros problemas, nuestros "errores explosivos", pero están ahí, esperando pacientemente a que nos acordemos de ellos, para saltarnos en la cara. Lo peor de estos casos, es que los escondemos por un tiempo, pensando, ingenuamente, que van a desaparecer mágicamente. Lo malo es que en cualquier momento pueden aparecer de nuevo!
Desde ahora, voy a procurar no esconderme debajo de mentiras dichas frente al espejo, tratare de llamar mis problemas por su nombre....antes de que exploten en mis manos!